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De Kingston a Lyon: El sueño de verano de los «Reggae Boyz»

Cuando uno piensa en Jamaica, le vienen a la cabeza una serie de elementos (estereotipados la mayoría) que le ayudan a conformar un puzle de la imagen mental del lugar. Bob Marley, el Reggae, el movimiento Rastafari, la marihuana, El Caribe, playas paradisíacas, el atletismo, Marlene Ottey, Usain Bolt, el ron, la caña de azúcar, las bananas, etc. Aunque esto solo es una pequeña parte de la cultura y la historia de esta pintoresca isla.

El deporte también forma parte de la historia y la cultura de Jamaica. Y si hablamos de deporte jamaicano, además de mencionar el atletismo y el críquet como los más importantes y de mayor éxito, no podemos pasar por alto uno de los mayores hitos en la historia del deporte mundial. Además de un hecho extraordinario y peculiar, como fue la participación de Jamaica en los Juegos Olímpicos de Invierno de Calgary (Canadá) en 1988, compitiendo en la modalidad de bobsleigh. Cuatro veloces militares jamaicanos, apoyados por dos grandes empresarios americanos con negocios en la isla, tuvieron la brillante de idea de formar un equipo de bobsleigh después de presenciar una competición de carritos de ruedas muy popular en el país (Pushcart Derby). El equipo consiguió clasificarse para los Juegos Olímpicos de Invierno de 1988 y su legado ha perdurado hasta nuestros días, haciéndose un hueco entre los equipos de bobsleigh más importantes del mundo (aunque no han podido clasificarse para los dos últimos Juegos Olímpicos). La repercusión de aquel hecho fue tan grande, que hasta la compañía Disney sacó una película explotando su historia (Cool Runnings), pero como pasa en muchas ocasiones con los films de la compañía americana, pusieron más toques de ficción y fantasía que de realidad.

Aunque las leyendas deportivas de esta isla de menos de 3 millones de habitantes no acaban aquí. Ya que si hablamos del deporte rey (fútbol), los jamaicanos también dejaron su particular impronta en el verano de 1998.

El fútbol en Jamaica es un deporte secundario mediáticamente, aunque muy practicado en todo el país. A principios de los 70’s, se creó la National Premier League (NPL), o Primera División Jamaicana de Fútbol con equipos de todo el país, en especial de su capital Kingston. La mayoría de los jugadores que juegan en cualquiera de estos equipos son semi-profesionales o amateurs, combinando de esta forma otros trabajos con la práctica del fútbol.

Y si hablamos de la selección nacional de fútbol, el panorama es el mismo o muy parecido. Los jugadores seleccionados para representar a su país internacionalmente reciben una pequeña subvención del gobierno jamaicano, que en ningún caso les da para dedicarse en exclusividad a este deporte. A excepción de algunos jugadores que militan en otras ligas superiores a la jamaicana, como pueden ser la Mayor League Soccer americana o la Premier League inglesa.

Seba United Jamaica 1987

Seba United (Equipo campeón de National Premier League de Jamaica 1986-1987)

Si miramos los logros del equipo jamaicano de fútbol, más conocidos como los Reggae Boyz, desde que puede competir como estado independiente (1962), los números no son demasiado positivos. Pero todo esto iba a dar un vuelco con la llegada a la selección del entrenador brasileño René Simões. Licenciado en Educación Física y entrenador de las categorías inferiores de la selección brasileña de fútbol, Simões aceptó el reto de intentar llevar a la selección jamaicana a las más altas cotas del fútbol mundial. Y lo consiguió. Sin darse cuenta, la historia del fútbol jamaicano iba a empezar a cambiar aquel verano de 1994.

El propio seleccionador recuerda sus primeros días en la isla: ”Al poco tiempo de llegar me invitaron a un acto donde fui el orador principal. Entonces recordé el famoso discurso de Martin Luther King y decidí parafrasearlo, comencé: «yo tengo un sueño, sueño con que algún día el fútbol sea profesional en Jamaica, sueño con que sus futbolistas puedan proyectarse hacia el futuro, sueño con que los campos sean de césped verde y no de tierra marrón»». Con este gran reto en mente comenzó su laborioso y arduo trabajo.

Tanto es así que pronto se le ocurrió la idea que cambiaría el rumbo de los Reggae Boyz. «Adopte a un jugador» fue el proyecto que se llevó a cabo desde la Federación Jamaicana de Fútbol (JFF), con el objetivo de hacer participar del deporte a las empresas privadas más importantes del país. Todo empezó en 1995, en el supermercado de un amigo suyo.  El propio René Simões le pidió 1.000 dólares al dueño del establecimiento para pagarle a un jugador el sueldo de un mes, a cambio de utilizar su imagen publicitaria. Así dio el primer paso posibilitando que a finales de 1997, hasta 24 empresas multinacionales invirtieran en el proyecto haciéndose cargo de los sueldos mensuales de los futbolistas de la selección. Lo que les permitió a todos ellos dedicarse de lleno al fútbol, abandonando sus trabajos remunerados en ese momento.

Trabajó intensamente el aspecto psicológico de los jugadores, así como el físico. Potenciando sus capacidades innatas como la velocidad o la potencia al servicio del balón. Además, el seleccionador había conseguido convencer a algunos jugadores ingleses de descendientes jamaicanos para que se nacionalizaran y ayudaran al equipo a conseguir sus objetivos deportivos. De esta forma Paul Hall y Fitzroy Simpson (Portsmouth), Robbie Earle (Wimbledon) o Deon Burton (Derby County), más conocido como el “Ronaldo del Caribe” por su gran parecido físico al astro brasileño en aquel momento, se nacionalizaron y fueron seleccionados. El trabajo dio sus frutos y Simões consiguió que Jamaica fuera un equipo competitivo. De esta forma encararon la clasificación para la Copa del Mundo de Francia 1998 motivados y consiguieron deshacerse de sus rivales caribeños en las eliminatorias iniciales. Posteriormente lograron quedar por delante de selecciones como México en las semifinales del Hexagonal de la CONCACAF, derrotando a los aztecas en Kingston, en un partido que todavía se recuerda a día de hoy. Finalmente, tras un duro Hexagonal final, los Reggae Boyz consiguieron clasificarse terceros, por detrás de México y EEUU, obteniendo por primera vez en su historia el pase a la fase final de una Copa del Mundo.

Los resultados en aquel Mundial de Fútbol de Francia 98 para la selección de Jamaica fueron lo de menos. Les tocó un grupo duro compuesto por Croacia, Argentina y Japón. Perdieron los dos primeros partidos frente a los croatas y los argentinos sin poder hacer demasiado, 3-1 y 5-0 respectivamente. Sin posibilidades de pasar a la siguiente fase, encararon el último partido contra Japón sin ansiedad y con mucha ilusión. Finalmente consiguieron la victoria por 2-1 en el estadio de Gerland, en Lyon ante casi 30000 personas que animaban y reconocían al acabar el partido la increíble gesta de los caribeños aquel verano.

Seguramente nadie apostaba por su presencia en aquella Copa del Mundo. Ni siquiera ellos las tenían todas consigo cuando René Simões les dio su primera charla cuatro años antes de aquella tarde en Lyon. Pero de la misma forma que nadie hubiera siquiera imaginado que cuatro jamaicanos participarían en unos Juegos Olímpicos de Invierno, tampoco pudieron imaginar que el sueño de aquellos 22 chicos podría hacerse realidad. Aquel sueño costó mucho esfuerzo por parte de todos/as, pero dejó clara una cosa, que cuando se consiguen unos mínimos recursos y se trabaja duro y con ilusión, cualquier cosa es posible. Por eso aquella noche de verano, Kingston y Lyon estuvieron a solo unos segundos de distancia. Todo un país vibró como no lo había hecho nunca, gracias 22 jugadores y a un deporte que consigue enganchar a cualquier persona de cualquier rincón de este planeta. Un bonito sueño, el sueño de verano de los Reggae Boyz.

Manel Torrejón Perea (@manelcandeu)