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El niño que soñaba en convertirse en un «Stuka»

Mi abuelo Agustín es un sevillista nato, de los de cuna. Nacido en Martín de la Jara (un pueblecito a 100 km de la capital) y gran aficionado a este deporte, ha vivido épocas de luces y oscuridad a partes iguales con el conjunto hispalense. Pero cuando nos sentamos a hablar de fútbol, siempre se acuerda de los años de esplendor de su equipo. Unos años, en los que el Sevilla FC compitió con los más grandes por la hegemonía del fútbol en España.

La Guerra Civil española asoló todo a su paso, fue devastadora. Andalucía fue campo de batalla, al igual que muchos otros lugares del país, de numerosos combates y las grandes ciudades y pueblos de esta región, cambiaron su fisonomía y sus prioridades debido a esta situación. Pero cuando las bombas acabaron, el fútbol volvió a ponerse en marcha. La gente necesitaba una distracción que les hiciera olvidar por unas horas la miseria y el hambre, este deporte cumplió esa función social con nota.

En Sevilla, la escuadra rojiblanca de aquella temporada en la que se reanudaba la Liga (1939-1940), había conseguido encandilar a todo el país. En su fortín de Nervión no habían dejado escapar más que una derrota ante el Celta de Vigo en toda la temporada. Athletic Club, Atlético Aviación, Real Madrid, FC Barcelona, Valencia CF; todos habían hincado la rodilla ante los hispalenses, que luchaban y eran firmes candidatos al ansiado trofeo final.

Mi abuelo, con apenas 10 años, recuerda que en aquella época trabajaba en el campo, ayudando a su familia de sol a sol. La guerra le había arrebatado, literalmente, a su padre de las manos y el pequeño Agustín esperaba que quizá algún día, este, aparecería por la puerta y se sentaría con él a contarle historias pasadas de su equipo o batallas de la guerra. Por desgracia, aquello nunca sucedió.

En realidad, el domingo por la tarde, era el único momento de asueto de la semana, muchos, (hombres en su mayoría) se reunían alrededor de una vieja radio en el bar del pueblo a escuchar las noticias, música, radionovelas y también los resultados de sus equipos de fútbol. Cabe recordar que en aquella época no existían las retransmisiones deportivas, propiamente dichas. Por lo que la única información que recibían era la que les proporcionaba “El Parte” radiofónico nocturno, una «especie de informativo» gestionado y dirigido por el Régimen Franquista, que de manera escueta y antes de acabar, proporcionaba los resultados finales de los partidos. No era hasta la mañana siguiente, al llegar la prensa, cuando la información deportiva era algo más detallada. Por aquel entonces, los nombres de Guillamón, Joaquín, Fede, Campanal (ídolo sevillista, también de mi abuelo), Pepillo o Raimundo eran tan conocidos entonces como los Palop, Javi Navarro, Martí, Navas, Luis Fabiano o Kanouté lo son ahora. Aunque solo fuera de oídas, los niños/as sevillistas disfrutaban y soñaban con ser uno de ellos y llegar tan alto como ellos.

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La liga llegaba a su fin, 22 jornadas y 12 equipos únicamente en aquella complicada temporada 39-40. En la última jornada, los sevillistas dependían de sí mismos para conseguir el título, debían ganar en el campo del Hércules en Alicante y todo estaría hecho. Su único rival en la disputa del título liguero era el Atlético Aviación, que jugaba en casa frente al Valencia CF y que debía ganar y esperar al resultado en Alicante. Hay que decir que el Atlético, jugaba en Chamartín (estadio del Real Madrid) sus partidos como local, debido al mal estado de su estadio, el Metropolitano, a causa de los bombardeos y batallas que destrozaron el templo rojiblanco. No obstante, aquel último encuentro de liga lo disputarían en el Estadio de Vallecas, en detrimento de Chamartín. Finalmente, después de un duro partido y un dudoso arbitraje en Alicante (según cuentan algunas crónicas de la época) el Sevilla solo fue capaz de empatar su partido a 3, mientras que el Atleti, ganó con comodidad al Valencia por 2-0 en Vallecas, obteniendo así el título de liga final.

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Mi abuelo siempre me cuenta que aquella tarde de finales de abril, acabó desolado. No cenó y se pasó la noche dándole vueltas a la cabeza, pensando por qué motivo el gran Campanal, su ídolo, Raimundo o Pepillo no habían podido conseguir un gol más. Solo uno, con un tanto más, el título hubiera sido sevillista y él hubiera sido el niño más feliz del mundo. Pero desde hacía unos años, Agustín se había dado cuenta de que la vida era dura en todos los sentidos y que el fútbol, no iba a ser una excepción. No obstante, “Dios aprieta pero no ahoga”, ya que las penas de aquel año quedarían algo mitigadas gracias al triunfo en la final de Copa frente al Racing de Ferrol por 6-2. Título que al menos ayudaba a digerir mejor aquella derrota final en liga y demostraba a todo el mundo la calidad y la supremacía del equipo hispalense. De hecho, al final de aquella memorable temporada y tras convertirse en el equipo más goleador del país, la temible delantera sevillista empezó a ser conocida como la «Delantera Stuka» o «Los Stuka». Su nombre venía dado por un bombardero alemán llamado “Sturzkampfflugzeuge”, abreviado «Stuka» (traducido era algo así como bombardero en picado) de enorme eficacia y devastadora potencia militar. De esta forma: López, Pepillo, Campanal, Raimundo y Berrocal (la lista varía dependiendo de quién la redacte) habían mostrado al mundo del fútbol  su calidad y su enorme capacidad goleadora, solo esperaban que sus logros no quedaran únicamente en lo conseguido aquella temporada. Y no sería así.

No obstante, tuvieron que pasar dos años para que el Sevilla FC volviera a verse en otra lucha por el título liguero. Fue la temporada 42-43, aunque esta vez, el Athletic Club conseguiría el título al final merecidamente, ya que estuvo desde la jornada 8 como líder y no cedió nunca su corona hasta el final de dicha temporada. Pero el equipo hispalense se sentía cómodo luchando por esos objetivos y tres años después en la 45-46 consiguió lo que tanto tiempo anduvo rozando con los dedos, el ansiado título de liga. Aquella, fue una temporada loca, en la que el FC Barcelona, el Athletic Club, el Valencia y hasta el Oviedo coparon la primera posición de la liga en algún momento del campeonato. Pero fue finalmente el Sevilla, quien a falta de dos jornadas se encaramó a lo más alto de la tabla y ganó sus dos últimos encuentros consiguiendo el título de liga y convirtiendo Nervión y sus aficionados en un hervidero de euforia desenfrenada. Todos los jugadores hispalenses fueron tratados como héroes aquella tarde. A Campanal (lesionado durante buena parte de la temporada), Joaquín o Félix, se les unieron grandes jugadores como Alconero, Campos, Araujo o un joven Juan Arza (considerado uno de los mejores de la historia del club), que consiguieron hacer un fútbol vistoso y efectivo y que según cuentan las crónicas de la época, encandilaron a todo el país.

Mi abuelo, un adolescente ya, aunque con las mismas responsabilidades que aquel niño que había sufrido con la dura derrota de su equipo en la última jornada, en 1940, estalló en un mar de lágrimas descontroladas al conocer el resultado final del encuentro. Por la cabeza de Agustín no paraban de pasar recuerdos de su padre, sevillista como él hasta la médula, que fue quién lo introdujo en este mundo loco del fútbol. También sus duras jornadas de trabajo esperando a que llegase el domingo para escuchar los resultados de los suyos por la radio, todos aquellos duros años, donde comer dos veces al día era un premio que muchos no conseguían, etc. Todo quedaba aparcado por un momento, gracias al éxtasis de júbilo que suponía aquella victoria. Eran campeones, los mejores del país y el joven Agustín lo sentía tan suyo como cualquier otro sevillista.

El conjunto rojiblanco viviría años de gloria durante aquella década y la siguiente. Pero aquel niño de 10 años, aún se pregunta hoy, con 85, por qué su ídolo Campanal no consiguió anotar un gol más aquella tarde en Alicante. Después de tantos años, creo que todavía piensa que quizá algún día ese gol pueda subir al marcador, aunque solo fuese en un sueño. Al pequeño Agustín le hubiera encantado haber podido jugar en aquel equipo, incluso haber marcado aquel ansiado gol del triunfo frente al Hércules. Y es que, este deporte tiene esas cosas, por muy complicada que tengas tu vida, por muy negro que lo veas todo, siempre consigue hacerte soñar y evadirte del mundo, aunque solo sea un ratito.

Manel Torrejón Perea (@manelcandeu)

El cuento de hadas de los “unicornios” acabó en la guarida del “ogro”

Los campeonatos de Copa, indistintamente del país en el que se jueguen, son seguramente una de las competiciones más atractivas que pueden y han podido disfrutarse nunca. Por todos/as es sabido las innumerables sorpresas que se han dado en partidos que enfrentaban a equipos grandes contra otros más humildes, en esta competición.

Muchas de estas grandes gestas se han perdido en la memoria, simplemente porque algunos de estos equipos no consiguieron el trofeo final y se quedaron a las puertas, o quizá un par de rondas antes de la ansiada final. Pero hay que decir a favor de estos equipos de menor presupuesto, que sus gestas tuvieron y tienen un valor incalculable. Porque muchos hicieron vibrar a aficiones modestas que jamás se hubieran visto luchando por algún título, otros demostraron a los “entendidos/as” de este deporte que nada de lo que haya escrito sobre el papel, tiene importancia una vez que el balón echa a rodar. Otros simplemente disfrutaron de aquel sueño hasta que pudieron y se llevaron un recuerdo que jamás olvidarán. Nuestra historia de hoy va de uno de estos equipos.

copas

Aquel 2001 fue el año del Amiens Sporting Club por muchos motivos: primero porque era su centenario, un club histórico en Francia. Humilde y no demasiado conocido fuera del país, pero aguerrido y batallador siempre. Segundo, porque esa temporada iban a conseguir el ascenso a Ligue 2, la segunda división del fútbol francés. Y tercero y último, porque su centenario les iba a dar fuerzas para conseguir el mayor logro de la historia de ese histórico club, disputar una final de Coupe de France.

El Amiens mantuvo una trayectoria muy regular durante toda la temporada en National (lo equivalente a una 2ª División B en España). No perdió su primer partido en liga hasta octubre y se sostuvo siempre en los puestos de cabeza. Tanto es así que acabó a liga como segundo clasificado a solo 1 punto del campeón, Grenoble, consiguiendo así su objetivo primordial aquella temporada, el ascenso a Ligue 2. No obstante y como ya hemos comentado anteriormente, los logros de este conjunto de la región de Picardie no iban a acabar aquí.

National 2000-2001

Durante aquella temporada, el Amiens conseguiría algo impensable, disputar la final de la Coupe de France en Saint-Denis ante 78.000 personas. Aunque todo empezó ante un equipo amateur, el Lambres-les-Douai, al que ganaron 0-2. Este resultado junto a la buena marcha del equipo en la liga, les dio la confianza para enfrentarse a su siguiente rival, el complicado Stade Rennais (Rennes) de Ligue 1 (Primera División), al que consiguieron vencer por 3-1 en casa. El hecho de que el formato de Copa en Francia fuera y sea a partido único en campo del rival de menor categoría, favorecía y favorece a que puedan darse estos resultados sorpresa que hacen este tipo de competiciones mucho más atractivas y abiertas a todos los equipos que participan. De esta forma siguieron pasando rondas, en octavos de final le tocó sucumbir al histórico Le Mans de Ligue 2 en un durísimo partido que se decidió desde los 11 metros finalmente. Y si no era suficientemente histórico todo aquello ya, aún le dieron una vuelta de tuerca más en cuartos de final, donde les esperaba un club legendario en Francia (y en Europa) aunque algo venido a menos, como era el Stade de Reims. Ganadores de Liga, Copa y Supercopa de Francia, mientras que en Europa consiguieron una Copa Latina y además fueron finalistas de Copa de Europa en dos ocasiones. No obstante, todo aquello quedaba lejos ya y la realidad era que los dos clubes estaban entonces en la misma categoría (National) y ya se habían enfrentado en liga, con victoria y empate favorable a los de Reims. Pero aquel partido fue distinto, el Amiens consiguió la victoria por 1-0 y se metió en una semifinal de Copa por segunda vez en su historia desde 1930, convirtiéndose en un fenómeno social en todo el país.

De esta forma, las semis estaban decididas ya. Por un lado, el sorprendente Amiens de National se enfrentaría al Troyes de Ligue 1, mientras que por el otro lado, dos equipos también de la máxima categoría francesa se verían las caras: Strasbourg vs Nantes. Precisamente el Strasbourg acabaría último en la liga, mientras que el Nantes sería el campeón final de la competición, coincidencias del destino. Pero como ya había pasado y pasaría en otras ocasiones, la Copa (sea en el país que sea) depara sorpresas inimaginables y esta, no sería una excepción. Los dos equipos más humildes de los cuatro, conseguirían ganar sus eliminatorias y plantarse en una final única e increíble. El Amiens conseguiría derrotar al Troyes en los penaltis, en un Stade de la Licorne (su actual estadio) hasta la bandera. Mientras que el ya descendido Strasbourg, le endosaría al campeón de la Ligue 1, un apabullante 4-1, dejándolo de esta forma sin su ansiado doblete. Por lo tanto, la final de la Coupe de France 2001, la disputarían el Amiens frente al Strasbourg.

El destino había deparado que dos equipos que empezaron a dos categorías de distancia en el inicio de sus ligas, se enfrentaran en aquella final de copa y además se vieran las caras la temporada siguiente en la misma categoría (Ligue 2), por motivos bien distintos. Solo quedaba una ciudad por visitar, París, un estadio, Saint-Denis y un partido, Amiens-Strasbourg para finalizar aquella temporada. Y seguro que no iba a defraudar a nadie.

En un Stade de France (Saint-Denis) hasta la bandera, “Los Unicornios” del Amiens, apodados así por el blasón de armas de la ciudad que incorporaron al escudo del club un año antes (2000) y “Las Cigüeñas” del Strasbourg, cuyo apodo deriva de la bandera de Alsace, región donde se ubica la ciudad; se enfrentaron en un duelo sin cuartel con un final impredecible y sorprendente, como no podía ser menos.

A priori, el Strasbourg salía con mejores armas sobre el papel: el portero internacional paraguayo Chilavert, el central camerunés Njanka, el interior senegalés Beye o los franceses Ismaël (central), Martins (mediocentro) o el delantero goleador Luyindula. En frente, jugadores de National con muchas ganas e ilusión de hacerlo bien. El partido fue muy disputado, con ocasiones por ambos lados y poco fútbol en realidad, demasiados nervios quizás. El partido concluiría con empate a cero al final de los 90 minutos. Y la prórroga no conseguiría desatascar el partido, por lo que irremediablemente, la final y el trofeo, se decidirían desde los once metros.

Empezaron lanzando  “los unicornios” del Amiens y anotando sus tres primeros lanzamientos, pero las “cigüeñas” del Strasbourg no se quedaría atrás y harían lo propio con los suyos. En el cuarto lanzamiento, el internacional togolés del Amiens Jean-Paul Abalo lanzó su penalti, pero Chilavert le acertó el costado y despejó el lanzamiento. Posteriormente el central francés Valérien Ismaël anotó el suyo y todo se decidiría con total seguridad en el último lanzamiento. El defensa Laurent Strzelcak consiguió marcar su penalti y la final la iba a tener en sus botas un actor inesperado aunque conocido por todos, el portero y goleador paraguayo Jose Luis Félix Chilavert. Uno de los mejores porteros del mundo, elegido el mejor varios años, héroe en Argentina con Vélez Sarsfield y lanzador experto de faltas y lanzamientos de penalti, con los que había cosechado ya más de medio centenar de goles. Ya había conseguido anotar un gol desde los 11 metros en las semifinales ante el Nantes y ahora solo necesitaba uno más y la Coupe de France sería para su equipo. Por eso no se lo pensó dos veces, tomó carrera, lanzó fuerte y a un costado, engañando al cancerbero rival Julien Lachuer y anotando el gol de la victoria. La copa volaba a Estrasburgo después de tanto sufrimiento.

Los jugadores del Amiens no lo podían creer, se habían quedado muy cerca de rozar el sueño, casi lo acariciaban, pero al final se desvaneció. Al final “los unicornios” fueron devorados por un “ogro” que salió de su guarida. Un «ogro» que, gracias a sus paradas y a su decisivo tanto, consiguió que el final feliz del cuento, no fuera tal para los chicos de Amiens. El Strasbourg se embolsaba su tercera Copa de Francia después de mucho tiempo (1951, 1966), aunque había sido finalista hacía poco (1995).

A veces, este deporte tiene estas cosas. Partidos increíbles, equipos para el recuerdo, competiciones memorables, aunque también hay otra cara amarga en las derrotas, eliminaciones en el último minuto, decepciones y desilusiones grandes. Depende del lado en el que te toque estar, los sentimientos pueden ser unos u otros. No obstante, no podemos olvidar la gesta del Amiens, este humilde club de la Picardie, cuyos jugadores hicieron vibrar a una afición y a todo un país durante un tiempo. Posiblemente muchos se queden únicamente con los resultados, pero yo me quedo con las sensaciones y los sentimientos que despertaron aquel grupo de chicos semi-profesionales durante aquel maravilloso e idílico 2001. Nadie olvidará en Amiens el centenario del club, el ascenso a Ligue 2 y aquella final de Copa donde casi se rozó el cielo. Quién sabe, quizá pronto los unicornios vuelvan a escribir otro cuento de hadas, esta vez con final feliz.

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Manel Torrejón Perea (@manelcandeu)

Jade Boho: la ambición mundialista de una «Nzalang Girl»

Julio de 2004, Lisboa (Portugal). Angelos Charisteas remata a gol un córner lanzado por su compañero Angelos Basinas anotando así el gol que le daría la Eurocopa a la selección griega aquel año ante la anfitriona y máxima favorita Portugal. Dejando a los más de 62000 aficionados que abarrotaban el Estádio da Luz, totalmente sin palabras.

Agosto de 2004, Vantaa (Finlandia). Jade Boho con una espléndida vaselina anota el primer gol para España de la final de la Eurocopa Femenina Sub19, después de un gran pase de su compañera y capitana Iraia Iturregi, ante la todopoderosa Alemania. La hazaña la culminaría la propia Iraia, estableciendo el definitivo 2-1 en el marcador y dando el título a las españolas, ante la mirada atónita de los más de 2600 espectadores que poblaban el Pohjola Stadion.

Y es que cuando todos los ojos estaban puestos en el análisis de la competición masculina europea senior, una joven delantera hispano-guineana empezaba a fraguarse su futuro en el mundo del fútbol. La vallisoletana Jade Boho Sayo, aún tenía mucho que decir y que vivir en su vida y nunca hubiera imaginado lo que el destino le tenía preparado.

Esta joven jugadora empezó a despuntar «profesionalmente» en el AD Torrejón CF, uno de los equipos míticos y fundadores de la Superliga Femenina Española. En este equipo, Jade pudo crecer como jugadora y tuvo la oportunidad de disputar el Europeo Sub19 con España, en el que consiguió la victoria final, como ya comentamos. Y posteriormente el Mundial Sub20 de Tailandia, donde no pasaron de la fase grupos, pero donde Jade realizó una gran actuación, además de dos goles.

Su progresión era evidente y no pasó desapercibida para los grandes equipos de la categoría. Y después de cuatro temporadas en el equipo de Torrejón de Ardoz, la pucelana fichó por el Rayo Vallecano de Madrid. Este equipo tenía grandes objetivos y pronto lo demostró en el terreno de juego, un subcampeonato de liga en su primera temporada y tres títulos consecutivos de Superliga en las siguientes, unido a una Copa de la Reina en 2008.

Jade Boho era una jugadora importante en el equipo. Sus goles fueron determinantes en la consecución de los títulos del cuadro rayista, pero sobretodo se valoraba mucho más su entrega y su lucha en cada partido. Y aunque a nivel de club todo le iba genial, no se puede decir lo mismo si hablamos de selecciones nacionales. Después de aquel idílico 2004, Jade no había vuelto a ser convocada para jugar con España. La fuerte competencia en la delantera de “La Roja”, cerraban las puertas a la joven atacante pucelana. Jugadoras como la leyenda española Laura del Río, Vero Boquete (compañera y campeona también del aquel Europeo Sub19 con España), su compañera en el Rayo Sonia Bermúdez o la goleadora Adriana Martín, imposibilitaban que Jade pudiera demostrar su valía con la selección absoluta.

Debido a esto, una idea iba cobrando cada vez más fuerza en la cabeza de la delantera vallisoletana. Su ascendencia ecuatoguineana le daba la posibilidad de poder jugar también con la selección nacional de Guinea Ecuatorial, si las dos partes estaban de acuerdo. La Federación de Fútbol de Guinea Ecuatorial (FEGUIFUT) había empezado, además, en 2005, un ambicioso plan para elevar el nivel de sus selecciones. Sobre todo a través de la nacionalización de jugadores de fuera del país que tuvieran algún vínculo familiar o profesional con el país africano, en especial jugadores brasileños y de países africanos.

Si bien el plan no funcionó demasiado bien en el combinado nacional masculino, en el femenino en cambio, el resultado fue otro bien distinto. Las “Nzalang (mote con el cual se conoce a la selección de Guinea Ecuatorial y cuyo significado es «Rayo» en fang, lengua africana autóctona de algunos países del centro de África) Girls” consiguieron en 2008 su primera Copa de África Femenina (de la cual eran país anfitrión), destronando además a la única selección que las había ganado todas hasta el momento (7), Nigeria. Derrotándolas en semifinales por 1-0 y posteriormente terminando el trabajo en la gran final, frente a Sudáfrica, venciendo 2-1. El país estaba enloquecido y las jugadoras del equipo nacional se convirtieron en heroínas para todos sus habitantes. Y el gobierno del dictador Teodoro Obiang por otro lado, consiguió lo que buscaba. Que la gente se olvidara un poco de la miseria, su falta de libertades y derechos personales y se entretuviera con el fútbol como medio sedante y de distracción. “Pan y Circo” que decían en la Roma Clásica, pues eso.

Pero volviendo al tema, Jade Boho no lo podía tener mejor para jugar con una selección nacional, que entrar dentro del combinado ecuatoguineano. Y así fue, Jade fue seleccionada en 2010 para jugar su primer partido con las “Nzalang Girls” y ese mismo se proclamó subcampeona de África en Sudáfrica, al conseguir llegar a la final del torneo de nuevo, pero sucumbir ante las “Super Falconsnigerianas por 4-2. De todas formas, las ecuatoguineanas no solo se llevaron el subcampeonato, sinó también el billete para disputar su primer Mundial Femenino de Fútbol, en 2011. Jade realizó un gran torneo, consiguiendo 3 goles, algunos de ellos importantes, como el día de la final.

Pero por desgracia, todo no iba ser un camino de rosas para Jade Boho. Antes de la disputa del Mundial Femenino, la FIFA revisó que todos los documentos de las jugadoras estuvieran en regla y encontraron una anomalía en los de la jugadora vallisoletana. Al haber disputado partidos oficiales con la selección española en categorías inferiores, necesitaban una carta de Jade renunciando a disputar más partidos con España, firmada además por la FEF (Federación Española de Fútbol). Jade y la FEF cumplieron su parte y realizaron los trámites, que fueron enviados a la Federación Ecuatoguineana de Fútbol (FEGUIFUT). Esta última no tramitó estos documentos correctamente, con la cual cosa, la FIFA no les dio validez y sancionaron a la selección femenina de Guinea Ecuatorial y a Jade Boho en particular con dos meses de inhabilitación, como consecuencia y por desgracia para todos/as, se perdería el tan ansiado Mundial Femenino de 2011. Como la propia Jade relata en una entrevista digital al “Diario AS”: “La verdad es que lo pasé realmente mal pensando que yo debía estar jugando y no podía por la sanción. Lloré mucho. Fue el disgusto de mi vida. Estar ahí, en un Mundial, y, por un fallo de otros, no poder jugarlo, fue terrible. Fue mi peor pesadilla.” Finalmente, Guinea Ecuatorial no pasó de la fase de grupos al no poder conseguir ni un solo punto frente a selecciones del nivel de Brasil, Australia o Noruega.

Fue muy duro, no obstante Jade Boho siguió luchando por seguir adelante y olvidar rápido lo ocurrido. Se centró en su club (el Rayo Vallecano) y decidió que no volvería a jugar más con la selección de Guinea Ecuatorial. Aunque finalmente, en 2012, reconsideró su decisión y volvió a enfundarse la casaca roja de las “Nzalang Girls”, ayudando a su selección de nuevo a conseguir la segunda Copa de África de su historia. De nuevo como país anfitrión (junto a Gabón), arrasando durante toda la competición y rubricando una final memorable frente a Sudáfrica, a la que vencieron por 4-0 en Malabo (la capital de Guinea Ecuatorial), ante más de 20000 personas que las vitoreaban y animaban sin parar.

De esta forma, Jade volvió a sentirse importante y consiguió sacarse la espinita del Mundial de 2011 en el que no pudo participar. Tanto es así, que a principios de esta temporada además, Jade ha cambiado de club en Madrid. El Atlético de Madrid la quería y la hispano-guineana decidió que su gran etapa de 6 años en Vallekas había finalizado y quiso abrir otra nueva e ilusionante. Está contenta, ha empezado la temporada con muchas ganas, ambición y hambre de títulos.

En su cabeza, tiene grabado a fuego la Copa de África de 2014 en Namibia como antesala a su gran sueño como futbolista, el Mundial de 2015 en Canadá. Ella sabe que no va a ser sencillo, pero después de pasar una vida deportiva ajetreada, con momentos inolvidables por un lado. Y duros reveses complicados de superar por el otro, solo espera que esta vez el destino no le sea esquivo.

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Yo, por mi parte, solo espero que pueda cumplir su tan ansiado sueño, porque la gente que trabaja duro, día a día, se supera a sí misma y a las adversidades que le van llegando, merece tener la oportunidad de disfrutar de las mieles del Olimpo de este deporte. Por ese motivo, espero poder disfrutar del juego de Jade Boho durante mucho tiempo y verla luchar junto a las “Nzalang Girls” en el Mundial de 2015. Ya le ganó una vez a Alemania en una final vestida de rojo. ¿Por qué no una segunda vez? El fútbol femenino crece a marchas forzadas y Jade Boho ha ayudado (y lo sigue haciendo) a que este deporte sea cada vez más atractivo e interesante para todas las espectadoras/es. !Suerte y fuerza Jade¡

Manel Torrejón Perea (@manelcandeu)