Los campeonatos de Copa, indistintamente del país en el que se jueguen, son seguramente una de las competiciones más atractivas que pueden y han podido disfrutarse nunca. Por todos/as es sabido las innumerables sorpresas que se han dado en partidos que enfrentaban a equipos grandes contra otros más humildes, en esta competición.
Muchas de estas grandes gestas se han perdido en la memoria, simplemente porque algunos de estos equipos no consiguieron el trofeo final y se quedaron a las puertas, o quizá un par de rondas antes de la ansiada final. Pero hay que decir a favor de estos equipos de menor presupuesto, que sus gestas tuvieron y tienen un valor incalculable. Porque muchos hicieron vibrar a aficiones modestas que jamás se hubieran visto luchando por algún título, otros demostraron a los “entendidos/as” de este deporte que nada de lo que haya escrito sobre el papel, tiene importancia una vez que el balón echa a rodar. Otros simplemente disfrutaron de aquel sueño hasta que pudieron y se llevaron un recuerdo que jamás olvidarán. Nuestra historia de hoy va de uno de estos equipos.
Aquel 2001 fue el año del Amiens Sporting Club por muchos motivos: primero porque era su centenario, un club histórico en Francia. Humilde y no demasiado conocido fuera del país, pero aguerrido y batallador siempre. Segundo, porque esa temporada iban a conseguir el ascenso a Ligue 2, la segunda división del fútbol francés. Y tercero y último, porque su centenario les iba a dar fuerzas para conseguir el mayor logro de la historia de ese histórico club, disputar una final de Coupe de France.
El Amiens mantuvo una trayectoria muy regular durante toda la temporada en National (lo equivalente a una 2ª División B en España). No perdió su primer partido en liga hasta octubre y se sostuvo siempre en los puestos de cabeza. Tanto es así que acabó a liga como segundo clasificado a solo 1 punto del campeón, Grenoble, consiguiendo así su objetivo primordial aquella temporada, el ascenso a Ligue 2. No obstante y como ya hemos comentado anteriormente, los logros de este conjunto de la región de Picardie no iban a acabar aquí.
Durante aquella temporada, el Amiens conseguiría algo impensable, disputar la final de la Coupe de France en Saint-Denis ante 78.000 personas. Aunque todo empezó ante un equipo amateur, el Lambres-les-Douai, al que ganaron 0-2. Este resultado junto a la buena marcha del equipo en la liga, les dio la confianza para enfrentarse a su siguiente rival, el complicado Stade Rennais (Rennes) de Ligue 1 (Primera División), al que consiguieron vencer por 3-1 en casa. El hecho de que el formato de Copa en Francia fuera y sea a partido único en campo del rival de menor categoría, favorecía y favorece a que puedan darse estos resultados sorpresa que hacen este tipo de competiciones mucho más atractivas y abiertas a todos los equipos que participan. De esta forma siguieron pasando rondas, en octavos de final le tocó sucumbir al histórico Le Mans de Ligue 2 en un durísimo partido que se decidió desde los 11 metros finalmente. Y si no era suficientemente histórico todo aquello ya, aún le dieron una vuelta de tuerca más en cuartos de final, donde les esperaba un club legendario en Francia (y en Europa) aunque algo venido a menos, como era el Stade de Reims. Ganadores de Liga, Copa y Supercopa de Francia, mientras que en Europa consiguieron una Copa Latina y además fueron finalistas de Copa de Europa en dos ocasiones. No obstante, todo aquello quedaba lejos ya y la realidad era que los dos clubes estaban entonces en la misma categoría (National) y ya se habían enfrentado en liga, con victoria y empate favorable a los de Reims. Pero aquel partido fue distinto, el Amiens consiguió la victoria por 1-0 y se metió en una semifinal de Copa por segunda vez en su historia desde 1930, convirtiéndose en un fenómeno social en todo el país.
De esta forma, las semis estaban decididas ya. Por un lado, el sorprendente Amiens de National se enfrentaría al Troyes de Ligue 1, mientras que por el otro lado, dos equipos también de la máxima categoría francesa se verían las caras: Strasbourg vs Nantes. Precisamente el Strasbourg acabaría último en la liga, mientras que el Nantes sería el campeón final de la competición, coincidencias del destino. Pero como ya había pasado y pasaría en otras ocasiones, la Copa (sea en el país que sea) depara sorpresas inimaginables y esta, no sería una excepción. Los dos equipos más humildes de los cuatro, conseguirían ganar sus eliminatorias y plantarse en una final única e increíble. El Amiens conseguiría derrotar al Troyes en los penaltis, en un Stade de la Licorne (su actual estadio) hasta la bandera. Mientras que el ya descendido Strasbourg, le endosaría al campeón de la Ligue 1, un apabullante 4-1, dejándolo de esta forma sin su ansiado doblete. Por lo tanto, la final de la Coupe de France 2001, la disputarían el Amiens frente al Strasbourg.
El destino había deparado que dos equipos que empezaron a dos categorías de distancia en el inicio de sus ligas, se enfrentaran en aquella final de copa y además se vieran las caras la temporada siguiente en la misma categoría (Ligue 2), por motivos bien distintos. Solo quedaba una ciudad por visitar, París, un estadio, Saint-Denis y un partido, Amiens-Strasbourg para finalizar aquella temporada. Y seguro que no iba a defraudar a nadie.
En un Stade de France (Saint-Denis) hasta la bandera, “Los Unicornios” del Amiens, apodados así por el blasón de armas de la ciudad que incorporaron al escudo del club un año antes (2000) y “Las Cigüeñas” del Strasbourg, cuyo apodo deriva de la bandera de Alsace, región donde se ubica la ciudad; se enfrentaron en un duelo sin cuartel con un final impredecible y sorprendente, como no podía ser menos.
A priori, el Strasbourg salía con mejores armas sobre el papel: el portero internacional paraguayo Chilavert, el central camerunés Njanka, el interior senegalés Beye o los franceses Ismaël (central), Martins (mediocentro) o el delantero goleador Luyindula. En frente, jugadores de National con muchas ganas e ilusión de hacerlo bien. El partido fue muy disputado, con ocasiones por ambos lados y poco fútbol en realidad, demasiados nervios quizás. El partido concluiría con empate a cero al final de los 90 minutos. Y la prórroga no conseguiría desatascar el partido, por lo que irremediablemente, la final y el trofeo, se decidirían desde los once metros.
Empezaron lanzando “los unicornios” del Amiens y anotando sus tres primeros lanzamientos, pero las “cigüeñas” del Strasbourg no se quedaría atrás y harían lo propio con los suyos. En el cuarto lanzamiento, el internacional togolés del Amiens Jean-Paul Abalo lanzó su penalti, pero Chilavert le acertó el costado y despejó el lanzamiento. Posteriormente el central francés Valérien Ismaël anotó el suyo y todo se decidiría con total seguridad en el último lanzamiento. El defensa Laurent Strzelcak consiguió marcar su penalti y la final la iba a tener en sus botas un actor inesperado aunque conocido por todos, el portero y goleador paraguayo Jose Luis Félix Chilavert. Uno de los mejores porteros del mundo, elegido el mejor varios años, héroe en Argentina con Vélez Sarsfield y lanzador experto de faltas y lanzamientos de penalti, con los que había cosechado ya más de medio centenar de goles. Ya había conseguido anotar un gol desde los 11 metros en las semifinales ante el Nantes y ahora solo necesitaba uno más y la Coupe de France sería para su equipo. Por eso no se lo pensó dos veces, tomó carrera, lanzó fuerte y a un costado, engañando al cancerbero rival Julien Lachuer y anotando el gol de la victoria. La copa volaba a Estrasburgo después de tanto sufrimiento.
Los jugadores del Amiens no lo podían creer, se habían quedado muy cerca de rozar el sueño, casi lo acariciaban, pero al final se desvaneció. Al final “los unicornios” fueron devorados por un “ogro” que salió de su guarida. Un «ogro» que, gracias a sus paradas y a su decisivo tanto, consiguió que el final feliz del cuento, no fuera tal para los chicos de Amiens. El Strasbourg se embolsaba su tercera Copa de Francia después de mucho tiempo (1951, 1966), aunque había sido finalista hacía poco (1995).
A veces, este deporte tiene estas cosas. Partidos increíbles, equipos para el recuerdo, competiciones memorables, aunque también hay otra cara amarga en las derrotas, eliminaciones en el último minuto, decepciones y desilusiones grandes. Depende del lado en el que te toque estar, los sentimientos pueden ser unos u otros. No obstante, no podemos olvidar la gesta del Amiens, este humilde club de la Picardie, cuyos jugadores hicieron vibrar a una afición y a todo un país durante un tiempo. Posiblemente muchos se queden únicamente con los resultados, pero yo me quedo con las sensaciones y los sentimientos que despertaron aquel grupo de chicos semi-profesionales durante aquel maravilloso e idílico 2001. Nadie olvidará en Amiens el centenario del club, el ascenso a Ligue 2 y aquella final de Copa donde casi se rozó el cielo. Quién sabe, quizá pronto los unicornios vuelvan a escribir otro cuento de hadas, esta vez con final feliz.
Manel Torrejón Perea (@manelcandeu)