Colombia intenta volver a la primera línea del fútbol mundial. Han sido años de travesía por el desierto del combinado cafetero, el cual no disputa un mundial des de Francia ’98. La última alegría la encontramos en la victoria en la Copa América de 2001, participando como anfitriona. Resultó ser una competición algo controvertida, tras los conflictos sociales internos del país entre el gobierno y las FARC, que incluyeron diversos secuestros (como el de Mejía Campuzano, dirigente deportivo). Ante tales acontecimientos, caldo de cultivo de futuros conflictos, la Commebol mantuvo en el aire la disputa de la competición. Finalmente se inició el torneo sin Argentina, renunciando a disputarla por supuestas amenazas.
Como antecedente, Colombia había gozado de una gran generación de futbolistas, que destacaron a mediados de la década de los noventa. Aquel combinado había ilusionado al país en la clasificación para el Mundial de Estados Unidos de 1994 con un fútbol vistoso y alegre. Dirigidos por Francisco “Pacho” Maturana, se presentaban en Estados Unidos con un conjunto competitivo, donde destacaban nombres como el capitán Carlos Valderrama, Freddy Rincón, Andrés Escobar, el meta Óscar Córdoba, el “tren” Valencia, Faustino Asprilla, Leonel Alvárez, Mauricio Serna o Víctor Aristizábal entre otros jugadores que posteriormente darían que hablar en sus respectivos clubes.
Colombia quedaba encuadrado en el grupo A, con la anfitriona, Suiza y la Rumania de Giga Hagi. A priori, era un grupo asequible, teniendo en cuenta, además, de que en esa época se clasificaban los tres primeros de grupo, pero no fue así. Esa gran generación de futbolistas cayó ante Estados Unidos y la gran Rumanía, lo que propició su eliminación. La decepción y la fatalidad no habían acabado. Poco después de la vuelta a Colombia, se produjo la muerte del defensa Andrés Escobar, jugador que era pretendido por el AC Milán para dar su salto a Europa. Su muerte refleja los conflictos sociales y la corrupción del juego y la droga vivida en el país sudamericano, donde el asesinato se produjo en una discoteca, después que el asesino le increpara por su autogol ante Estados Unidos. Toda esta cuestión queda muy bien reflejada en el documental The two Escobars, muy recomendable, en el cual se hace un paralelismo con el rey del narcotráfico, Pablo Escobar y el defensa Andrés, reflejando la situación del país a finales del siglo XX.
Muchos futbolistas de aquella generación destacaron en grandes clubes, tanto europeos como americanos. Faustino Asprilla, jugó en el Newcastle United y en el Parma, u Óscar Córdoba y Mauricio el “Chicho” Serna, donde vivieron la gran época de Carlos Bianchi en Boca Juniors. Cabe destacar la figura de Iván Córdoba, aunque no pertenezca al núcleo de aquella gran generación, ha realizado una gran carrera en el Inter de Milán, y que incluso llegó a ser considerado como uno de los mejores defensas del mundo durante una época, y hasta la llegado del tigre Falcao, ha sido la gran figura del fútbol colombiano en Europa.
A partir de ahí, salvo casos concretos, el fútbol colombiano ha sufrido un proceso crítico, con falta de talento y de grandes nombres. Parece que ese momento ha pasado de largo, y que Colombia goza de buena salud a lo que el fútbol se refiere. Para empezar, el primer nombre destacable es Radamel Falcao García. El delantero colchonero es una estrella a nivel mundial, un killer, un matador, que ahora mismo quizás sea el mejor 9 del momento. Fichado por el Porto procedente de River Plate, Pinto da Costa supo sacarle un gran rendimiento. Después de sacarle el fruto, con una actuación monumental en la Europa League de 2011, lo vende al Atlético Madrid por unos 40 millones de euros. En Madrid se ha consagrado. Otra gran actuación en Europa, tanto en la final de la Europa League como el recital dado en la Supercopa frente al Chelsea, han elevado su cotización a niveles estratosféricos. A todo esto, su rendimiento no baja en la dura clasificación sudamericana para el Mundial de Brasil 2014, donde está liderando a su selección, con dos últimas importantes victorias ante rivales directos como Uruguay y Chile, sumando tres goles.
El segundo factor resaltable es contar con un jugador con la magia de James Rodríguez. Otra perla que se está puliendo en Porto, pero que ante la marcha de Hulk le toca liderar a su equipo para revalidar la liga, aunque será su papel en la Champions League lo que se utilizará como juicio de valor de su cotización. Su asociación y conexión entre la media y la delantera le han hecho destacar en los dos últimos partidos de su selección, sobre todo ante Chile, marcando con un bonito lanzamiento de falta, dando una asistencia y lanzando otro tiro directo al palo. Es una estrella emergente y el gran socio de Falcao en la selección.
A la estela de estos dos cracks encontramos jugadores de alto nivel, que complementan y hacen del combinado un conjunto muy competitivo. En defensa destacan Camilo Zúñiga del Napoli y Pablo Armero del Udinese, dos grandes carrileros con mucha proyección ofensiva, que complementan a los veteranos Yepes, Perea o Mosquera. En el medio campo, la consistencia del jugador del Deportivo de la Coruña Abel Aguilar, dota de mayor proyección al ataque de jugadores como por ejemplo, Fredy Guarín (Inter de Milán) o Juan Guillermo Cuadrado (Fiorentina), dependiendo de los jugadores alineados, además del anteriormente comentado enganche James Rodríguez. En la delantera, Radamel Falcao cuenta, según el esquema del entrenador, con un socio. El puesto está muy competido, ya que cuenta con el jugador del Fulham Hugo Rodallega, pero también se lo disputa Teófilo Gutiérrez, el cual ha disputado de titular los dos últimos partidos y que ha marcado tres tantos en sendos partido. También, cabe destacar a la última perla llegada a Porto, Jackson Martínez, que puede actuar como delantero acompañando a Falcao.
Ante todo este elenco de buenos jugadores y sabiendo de la competitividad que pueden llegar a dar, José Pekerman se encuentra en una situación idílica para retornar al fútbol colombiano a la primera línea internacional. Esto pasa por clasificarlo para Brasil 2014, y sacar provecho de una gran generación de futbolistas que hacía tiempo que no surgía en el país. En estos momentos, los cafeteros se encuentran segundos del grupo sudamericano, detrás de Argentina, a un solo punto, aunque hay que destacar la igualdad de esta zona de clasificación, que a su vez, cuentan con la ventaja de la clasificación directa de Brasil como anfitriona, y por lo tanto hay más posibilidades de quedar entre los cinco primeros.
Ver a Colombia en el Mundial de 2014 sería un premio a todos éstos futbolistas que están trabajando duro, que cuentan con una estrella de primer nivel, dándole una alegría a un país que ha sufrido y sufre en el ámbito social por los diversos conflictos internos, y que lleva muchos años a la sombra dentro del panorama futbolístico. Y también sería un gran homenaje para Andrés Escobar.
Luis Sánchez López (@luisSlopez21)
Posted by Fernando on 2 octubre, 2012 at 12:15
Gran artículo, bien redactado y muy bien documentado sobre la evolución de la selección y el fútbol colombiano de las últimas décadas. Una felicitación a todos por el blog y espero que sigais haciendo y ofreciendo historias tan interesantes como estas, un saludo.